Dentífrico.
Dependiendo del dentífrico, el objetivo primordial es proporcionar efectos beneficiosos que protejan contra la incidencia de enfermedades bucodentales, como la caries, mediante la incorporación del ion flúor al cristal de apatita del esmalte; la reducción de la hipersensibilidad dentaria; la enfermedad periodontal y la formación de cálculos. Los dentífricos se utilizan junto a los cepillos de dientes para limpiar las superficies accesibles de los dientes. También se usan los dentífricos como vehículo de ciertos agentes terapéuticos. La dosis usual en el adulto es de 1,5 mg de fluoruro.
Colutorio.
Son sustancias de características parecidas a los dentífricos pero, a diferencia de ellos, al no ser usados con un cepillo, no van a poder eliminar la película dentaria. Sus objetivos son: complementar las medidas mecánicas de control de la placa bacteriana, mejorar la halitosis, y eliminar temporalmente el número de microorganismos que integran la microbiota bucal. Tras la utilización del colutorio, no debe enjuagarse la boca con agua u otro líquido al menos durante 30 minutos, ya que esto favorecería la eliminación del mismo, reduciendo su eficacia.